Cuando dos personas consiguen potenciar sus carencias, conflictos o heridas, estarán formando una relación tóxica. También son relación tóxicas las que haya en entre compañeros, trabajadores, amigos, hermanos, un hijo y su padre, etc. En bioneuroemoción entendemos las relaciones tóxicas como la base que mantiene la toxicidad dentro del clan.
La relación tóxica se caracteriza por intentar de forma recurrente que la otra parte comparta o resuelva las necesidades y bloqueos de la otra. Ej: Si me cae mal alguien, a mi mejor amiga también le tiene que caer mal.
No sólo son tóxicas las relaciones donde se discute o se levanta la voz, las relaciones donde hay manipulación y chantaje emocional también son tóxicas. Dentro del chantaje emocional encontramos al protagonista de todos los reclamos: El egoísmo.
- Dependencia: La obligación de que otra persona sea quien cubra las necesidades como forma de demostrar afecto o la intensidad de la relación.
- Manipulación: Utilizar un diálogo donde se mezclan opiniones y sentimientos subjetivos, con argumentos de lógica más o menos objetivos, para que la otra persona deje de lado su propia voluntad o necesidades.
- Egoísmo: Pensar en uno mismo en exclusividad, sin importar en ninguna medida las necesidades del resto, y esperar que el resto de personas también lo hagan.
Dentro de los estilos educativos clásicos, está el modelar a los hijos para que siempre tengan en cuenta las necesidades y las preferencias de los demás: Niño complaciente, sumiso, o castrado. Para conocerte mejor y ver si cumples este perfil revisa Los 3 roles del hombre y Los 3 roles de la mujer.
4 frases típicas que te pueden indicar que estás delante de una relación tóxica:
-Algunos de mis familiares son unos egocéntricos y sólo piensan en ellos.
-Mis hijos sólo me llaman para pedirme algo.
-Si no hago lo que quiere mi mujer, me trata con desprecio, como si cualquier error cometido en el pasado fuese imperdonable.
-Si a mi amiga le digo lo que realmente pienso, se me echa encima y termino teniendo que pedir perdón por todo lo que he dicho (aunque lo pensaba realmente).
Todas estas situaciones y similares son ejemplos de relaciones tóxicas, que pueden estar amparadas en un programa inconsciente de no valer, de sólo tener derecho a un sitio en la familia si sirvo o complazco a otros.
Tendrás más relaciones tóxicas si eres AUTO-EGOISTA
El lenguaje de este programa que mantiene la toxicidad de las relaciones, hará que el sujeto de todas las frases con las que se explica la toma de decisiones, tengan como sujetos a otras persona, nunca a quien piensa. Este elemento forma parte del análisis del lenguaje en Bioneuroemoción.
Aquí aparece, el pensamiento y sentimiento de los AUTO-EGOISTAS. Personas que permiten que otros les exijan que cubran sus carencias afectivas, de autoestima, de autonomía, carencias económicas, etc; pero que no se permiten a sí mismos reclamar a los demás que las cubran. Siempre son los que pagan, nunca los invitados.
La base del programa está en el sentimiento de no creer ser merecedor de algo diferente a lo vivido; de esta forma, el resto del clan (familia + amigos + entorno) sigue con su actitud egocéntrica y «el bueno o buena» para los demás que ejerce el buenismo patológico, acaba preguntándose para qué está vivo, y aquí empiezan la tristeza crónica y las depresiones.
Dejar de consentir este tipo de relaciones tóxicas, puede parecer que será problemático o doloroso al principio, pero el efecto de saber buscar el camino del AMOR PROPIO, producirá cambios profundos en una mismo/a y en el resto del clan . En el caso de las relaciones de pareja, conseguirá que se pueda disfrutar de la propia felicidad en compañía de la otra persona.