Cuando se detecta malestar, pensamientos dolorosos o situaciones molestas, estamos ante lo que se denomina «Conflicto«.
¿Cómo se identifica un conflicto?
En una consulta de Acompañamiento psicológico en Bioneuroemoción, se identifican las temáticas que son conflictivas cuando se dan alguno de estos 7 elementos: Cualquier temática que curse con:
- Necesidad de control para evitar que se den ciertas situaciones.
- Temor a que la situación conflictiva le suceda a otra persona. El inconsciente proyecta en las personas conocidas y siente que la situación conflictiva está más cerca.
- Reacciones emocionales intensas e incluso injustificadas (para los demás).
- Rechazo a hablar o a estar en presencia del origen del conflicto (espejos, ex-parejas, familiares, etc).
- Pensamientos recurrentes entre la culpa y la ira.
- Excesivas explicaciones: y búsquedas recurrentes de argumentos para mantenerse lejos de la temática conflictiva.
- Situaciones que se repiten: Cuando algo ha sucedido varias veces por mucho que se intenta evitar que suceda, detrás hay un conflicto que no se ha resuelto aún. Puedes conocer más sobre las situaciones que se repiten aquí: https://www.anamariaruiza.com/bioneuroemocion-situaciones-repetidas/
¿Qué sucede cuando un conflicto no se gestiona?
Con el tiempo, si un conflicto no se gestiona de forma saludable y desde sus orígenes, se produce lo que se denomina «contagio por similitud o proximidad«. Dicho de otra forma, cuando ya no se puede gestionar más tensión emocional por un estímulo (autoimagen, agresión, duelo, ex-parejas…), esta tensión se traslada al siguiente estímulo similar. (mujeres, madres, jefas, compañeras, vecinas…)
De la misma forma que alguien con ansiedad si no puede gestionarla, empezará a fumar de más, después a comer de más y así sucesivamente. La gestión inadecuada de los conflictos, producirá un contagio a otras áreas de la vida, hasta que múltiples áreas estén afectadas.
¿Cómo se gestiona un conflicto?
Para que un conflicto pueda quedar resuelto, se deben seguir al menos 5 pasos:
- Expresarlo.
- Integrarlo como experiencia de crecimiento personal.
- Aceptar lo que no puede cambiarse.
- Perdonar a quienes están involucrados.
- Perdonarse por los errores cometidos en relación al conflicto en el pasado (esconderlo, negarlo, guardar rencor, sentirse víctima sin actuar, atacarse…)