Cuando una persona se encuentra mal a nivel mental o emocional y no encuentra alivio por si mismo se empieza a plantear: ¿Tendré que pedir ayuda?
Necesitamos aceptar que ir a terapia psicológica es necesario en ciertos momentos de la vida. Todos tenemos derecho a pedir asesoramiento para gestionar los impactos emocionales que podemos encontrar en nuestra vida, sin sentirnos acomplejados o diferentes.

Siempre será mejor acudir al psicólogo cuando no sea imprescindible, que ir cuando ya sea tarde.
Quien tiene conflictos emocionales y no va al psicólogo, está haciendo lo mismo que quien tiene caries y no va al dentista, el sufrimiento sólo irá a peor con el tiempo.
La mayoría de la población no conoce cómo los trastornos conductuales o emocionales pueden comenzar por actitudes bastante comunes, que pueden camuflarse en comportamientos cotidianos.

A veces un duelo por una perdida, como una relación o un recurso económico, puede desencadenar en conductas de compensación, como comer compulsivamente, compras innecesarias, abuso de sustancias, o acumulación de objetos innecesarios, incluso de animales.
Algunas personas recurren a la automedicación o a tratamientos contra la ansiedad y la depresión, que sin el asesoramiento de un profesional de la salud mental, pueden convertirse en bloqueadores de la recuperación, o incluso en catalizadores de nuevas patologías mentales.

Algunas señales de que se necesita hablar con un psicólogo.
- Pérdida de interés en actividades cotidianas que antes se resolvían sin dificultades. Ej: descuido de la higiene, de la alimentación, de las tareas de limpieza, etc.
- Cambios de humor que no se deben claramente a cambios relevantes en las circunstancias que se viven, y que generan inestabilidad en las relaciones y las decisiones.
- Pensamientos repetitivos que generan malestar al no poder evitar que se produzcan, o que mantienen un cuadro de negatividad permanente.
- Aumento del consumo y abuso de sustancias o conductas adictivas como el juego, la comida, las drogas, el sexo, etc.
- Aumento generalizado de los conflictos con personas de diferentes entornos: amigos, familia, compañeros, etc.

¿Cómo identificar a un buen profesional de la Psicología?
Para ser un/a buen psicólogo/a, y poder crecer como profesional y ganarse la vida como tal, es necesario tener cualidades que, de momento, no se pueden adquirir en la facultad, la más importante: la vocación.
El éxito de una terapia psicológica depende en un 50% del profesional y otro 50% de la actitud de quien va a terapia.
El 50% del /la Psicólogo o Psicóloga se puede conocer si se dan los siguientes elementos:

- Estar en formación continua: No se debe hacer un curso de «X» meses y considerar que ya se ha finalizado la formación. Cada persona que vaya a consulta presentará nuevos retos y aportará nuevas experiencias al terapeuta. Por eso es imprescindible seguir formándose durante todo el tiempo. Quien esté en constante aprendizaje será una persona apasionada por la Psicología, y siempre es mejor que trabajemos con alguien que está enamorado de su profesión.
- Tener la mente abierta: No hacer juicios innecesarios sobre la problemática de la persona que viene a consulta. Estar para ayudar, no para moralizar. Este es el elemento más importante para ser un/a buen/a Psicólogo/a. En el estado mental libre de juicios, el inconsciente del teraputa puede acceder más rápidamente a la estructura de pensamiento que produce el sufrimiento de la persona.

- Adaptable: Que sea el terapeuta quien se adapte a las necesidades de quien se consulta, y no al revés. No a todo el mundo le funcionan igual de bien las mismas técnicas. Hay personas que responden muy bien a la terapia cognitivo conductual, otras a modelos más introspectivos y otras personas experimentan una gran mejoría con técnicas proyectivas y dinámicas como las constelaciones, etc.
- Honesto: Ser claro/a desde el 1º momento, explicar con detalles en qué van a consistir la terapia, el número de sesiones aproximado, el precio de cada sesión o del tratamiento, los resultados esperados, la forma de evaluar los objetivos, etc. En materia psicológica no existen los milagros, existe la constancia del paciente y la profesionalidad del teraputa.
Además, tienen que estar presentes los elementos del código deontológico psicológico.
- Respeto máximo por la persona que viene a consulta.
- Aceptación de las propias limitaciones en la formación y la correcta derivación a otro profesional más cualificado si fuera necesario.
- Respeto y tacto en el desempeño del diagnóstico, sin que la persona sienta que será juzgada o analizada minuciosamente en busca de otras problemáticas.
- Respeto mutuo por el resto de profesionales de la salud.
- Guardar la confidencialidad de toda la información relevante a la persona que viene a consulta.
- Afán de ayuda y no de enriquecimiento.
- Búsqueda constante de las mejores técnicas para trabajar las distintas problemáticas psicológicas (legales, científicas, éticas, etc.
¿Porqué elegir un psicólogo frente a otros profesionales?
Como otras profesiones, la Psicología padece la intrusión laboral de personas sin formación en salud, ni protocolos científicos de trabajo. El profesional de la Psicología reúne un perfil adecuado para trabajar problemáticas emocionales, mentales y conductuales, realizando evaluaciones y tratamientos que se han probado con garantías en universidades de todo el mundo. La Psicología es una ciencia, con más de 100 años de antigüedad, que se encarga de estudiar la mente humana, con respeto y dedicación . Para ser un buen profesional ,además de contar con una formación universitaria reconocida, es necesario formar parte de las diferentes organizaciones que regulan el ejercicio de la Psicología, para garantizar que se cumplen protocolos de calidad y protección en sus tratamientos.
Puedes conocer más de mi formación como psicóloga aquí: Conoce a Ana María Ruiza.
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