Para preparar el árbol genealógico son necesarios datos cómo :
1. Fechas de nacimiento y defunción de todos los familiares desde los bisabuelos hasta los biznietos (en caso de haberlos).


2. Orden que ocupa cada hijo entre el número de hermanos (el mayor, el segundo, el último de ocho, etc.)

3. Nombres de todos los miembros de la familia. Incluso de la familia política. (No es por azar que en una familia los cinco hermanos se llamen José María, María Jose, Juaquín y Mário).

4. Síntomas mortales y enfermedades crónicas (especialmente en aquellos familiares que tengan las mismas enfermedades o síntomas que el o la consultante).

5. El género, y si se esperaba que fuera una chica y nació un chico, etc.
6. Acontecimientos impactantes que han trascendido o que hay que investigar si sucedieron: Abortos, abusos sexuales, acoso escolar o laboral, accidentes graves, asesinatos, bodas, bancas rotas, carencias, disputas familiares, divorcios, delitos, emigraciones, estafas, herencias injustas, incendios, incestos, muertes traumáticas e imprevistas (ej: muchacho que fallece trabajando en un accidente, etc)

Con toda esta información habrá que ordenar y localizar dónde y con quién tiene el consultante relación según el motivo de su consulta. El árbol ha de gestionarse en no más de 15 minutos, puesto que la información relevante «brilla» a ojos de un buen acompañante en Bioneuroemocion o Biodescodificacion. Que la tía abuela tuvo que casarse con un viudo, puede ser interesante, pero si estamos indagando el origen de una diabetes, y aparece una separación traumática de los padres del consultante, hay que empezar ya por ahí.
Siempre se podrá recurrir al árbol para entender los «para qué» de aquello que acontece en la vida del consultante, pero hay que empezar a trabajar, porque el inconsciente del consultante no encuentra su respuesta exclusivamente con el árbol genealógico. El árbol es una herramienta para confirmar lo que ya se intuye, o para poner información escondida al descubierto, por si mismo no tiene valor terapéutico.
En la actualidad, el árbol representa un mapa y una constelación en sí. El árbol ya no lo confecciona el acompañante, el consultante ordena sus familiares según lo marca el inconsciente, y no falla. A ojos del experto explica desórdenes amorosos, cambios de roles, aislamientos, y mucho más, de la misma forma que se utilizan los test proyectivos: dibujos, figuras, muñecos, etc.
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